Fue un 26 de Junio.
Después de varios meses de
espera llegó el esperado día. Viaje en coche hasta Gijón, la misma mañana,
paseo por la ciudad y buena comida para tomar fuerzas antes del gran evento.
En el hotel por la tarde
imposible dormir por los nervios del concierto, los nervios de la primera vez .
El camino hacia el estadio de
El Molinón se convirtió en una incesante marea de gente que se dirigía a un
templo.
Todos estábamos citados a las
21 horas, muchos hicieron noche y otros llegamos con varias horas de antelación
a la cita con The Boss.
Una vez ubicados en la pista y
tras encontrar un buen sitio para presenciar el espectáculo, te das cuenta de
que los nervios van aumentando, la bebida pasa rápidamente por tus manos y no
dejas de mirar el reloj esperando que llegue la tan ansiada hora H.
Son las 21 horas, 30.000
personas esperamos que salga nuestro Boss , la cosa se retrasa y el nerviosismo
crece en nosotros.
Y es ahí, con los últimos rayos
del sol veraniego, cuando comienzan a desfilar los miembros de la banda. Todos
sabemos que nos falta una pieza muy importa de la E - Street, nos falta el saxo
Clarence Clemons, fallecido en 2011, pero el resto está ahí a pocos metros de
nosotros.
Y es en ese momento cuando ante
nosotros aparece Bruce, The Boss, ante una atronadora ovación, el jefe marca
los primeros acordes para que la banda responda y nosotros quedemos prendados
para toda la noche.
No hizo falta más que 7 minutos
para que fuéramos suyos.
Como siempre uno de los grandes momentos se dio cuando sonaron los primeros acordes de The River, canción que hizo que se nos erizara el pelo a todos los asistentes .
Después de Badlands y un breve
descanso vino el primer bis, donde sonaron gran parte de los clásicos, Born in
the USA, Born to run, Dancing in the dark..., para terminar dicho bis con una
versión de Shout donde los allí presentes pudimos bailar y terminar de
disfrutar con este autentico genio.
Fueron tres horas y media, pero
podía haber estado tocando un día entero y tanto él como nosotros haber
aguantado sin ningún problema.
Es un placer ver que aún quedan
músicos que se preocupan por los fans y que justifican el precio de la entrada.
Desde el día 26 de Junio del
2013 soy más que fan de El Boss y no dudaré si vuelve a España el ir a verle
sea cual sea el precio puesto que lo merece sin duda alguna.
Mención aparte merece la ciudad
de Gijón. No tenía la suerte de haberla visitado antes, después de mi breve
pero intensa estancia repetiré.
Cuidad muy bonita y con gente
muy agradable, donde pudimos comer a las mil maravillas.
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