Cuidado Damas y Caballeros, Tangerine Flavour vienen pisando fuerte.
Tangerine Flavour compadecían en el Café La Palma para
presentar su nuevo tema ¨Devils In Me¨.
Una cita que la joven banda madrileña había estado
preparando con mucho mimo y a la que acudió con ganas de liarla desde el
principio.
Y es que el producto que muestran Tangerine Flavour es
fresco y novedoso, apoyado en las raíces del buen rock and roll en su versión
más clásica. Eso si no se dejen engañar por su juventud, puesto que el sonido
que sale de este grupo es el de una banda ya veterana. Aún así los nervios del
directo no perdonan, y pese a que hubo algún ¨incidente¨tecnico, la banda lo
solvento con gran profesionalidad y sin que apenas se notara, signo de la madurez
que comentamos.
En lo musical fue un concierto muy ameno, donde la
banda repaso sus temas anteriores.
Mezcla de estilos para un público que llenó el Café La
Palma, donde pudimos pasar desde el pop rock, hasta el rock más clásico, por momentos se podían percibir toques que recordaban a The Who o por momentos
a un sonido al más puro estilo Stone Temple Pilots.
Por el camino tuvimos también nuestra ración de blues,
lo que fue la antesala perfecta del fin de fiesta.
Y es que ya nos lo había comentado antes del concierto Pablo Martin,
guitarrista del grupo, al final del concierto hay una sorpresa en forma de
cover. Y vaya si era una sorpresa, de la mano del genial Luis Yepes, comenzaron
a sonar los acordes de Ziggy Stardust del mítico David Bowie.
A un servidor le hizo una ilusión enorme escuchar este
tema, también quizás por ser de los más viejos de la sala. Una versión
perfectamente ejecutada tanto por parte de la banda como por Luis Yepes, que
nos hizo irnos con una sensación muy clara, y es que hay que darle más
oportunidades a Tangerine Flavour. Es una banda que en directo gana muchísimo, interactúa
muy bien con el público y les hace participes de la fiesta, creando el ambiente
perfecto para un concierto y donde se nota que hay mucho trabajo por parte de
sus integrantes.
Antes de terminar me gustaría alabar el nivel general
de la banda, pero sobre todo hacer una mención especial a Emilio Bonilla, que
estando a la batería, y con casi 40 de fiebre, dio una auténtica lección desde
el fondo del escenario. El empaque y fuerza que da su batería a la banda es
proporcional a la pasión que demuestra el grupo entero en sus actuaciones.
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